Camino de la Vera Cruz - Día 2, martes 7 de mayo de 2013
Hoy comenzamos nuestra andadura en Villafranca en dirección
al valle del Ebro, hasta alcanzar la mota izquierda del río, nos acompañará un
tupido bosque de galería que no nos dejaran ver las aguas salvo en contados
claros. Ciclar totalmente llano y sin dificultades salvo en determinado puntos
donde las últimas riadas han destrozado la mota, lo que obliga a cruzarlos con
la bici al hombro. Por la misma causa en algunos tramo el camino estaba
bastante deslavado, habiendo desaparecido la arena del piso y quedando al
descubierto los cantos rodados de que esta hecho.
Hemos obviado los pueblos de la margen derecha y desembocado
directamente en Tudela. Nos hemos acercado al ayuntamiento a sellar nuestra
credencial y cambiar impresiones con Maite Asín gerente de la red de Juderías
de España y técnico de este ayuntamiento. Tras departir amigable con ella nos
hemos despedido y visitado esta ciudad navarra y castellana en algún tiempo,
capital de La Ribera navarra del Ebro, surgió a comienzos del siglo IX (802) en
época musulmana llegando a ser reino de taifas. Reconquistada por los
cristianos en 1119, fue lugar de convivencia de judíos, cristianos y musulmanes
hasta principios del siglo XVI. En 1516 se expulsa a los mudéjares y su
mezquita mayor se convierte en la parroquia de San Juan Bautista.
Tierra de sotos, minifundios de hermosas huertas, donde se
crían afamados cogollos, y no peores espárragos y alcachofas. Y alubias de
merecido merito.
Salimos de Tudela por la vía verde del Tarazonica, que
recorre los municipios navarros de Tudela, Cascante, Tulebras y Barillas y los
aragoneses de Malón, Novallas, Vierlas y Tarazona. Sigue el trazado del
ferrocarril que prestó servicio desde 1885 hasta 1972 comunicando las
localidades de Tudela y Tarazona a través del tramo inferior del valle del río
Queiles.
Tarazona en una encrucijada de caminos entre Aragón,
Navarra, Castilla y La Rioja. Habitada desde antiguo, en época romana llego a
acuñar moneda propia. Fue baluarte visigodo contra los vascones; durante su
época musulmana llego a tener su propia Escuela de Traductores, constando de
mozarabía y judería, aunque no llega a establecerse en ella ninguna enmienda
templaria. Abundante en obras mudéjares, destaca la catedral de Nuestra Señora
de la Huerta, iniciada en el siglo XII y el templo de Santa María Magdalena, el
más antiguo de la ciudad.
Hasta aquí todo ha sido llevadero, primero totalmente llano
por la ribera y la vía verde que sube suavemente hacia el Moncayo. Pero pasar
de Tarazona y empezar a sufrir todo ha sido uno. Nos entrenamos con fuertes
rampas para sibir a Grisel. Seguimos subiendo por las estribaciones del Parque
Natural del Moncayo para descender a Vera del Moncayo. Vuelta a subir hasta
Alcala del Moncayo. Pero las verdaderas rampas vendrían después, al remontar el
el barranco de Valdelinares hasta desembocar en Talamantes.
Por fin el confortable alberge municipal en el que Barbara,
cubana de nacimiento y afincada en este pueblo aragonés, nos atiende como
estamos poco acostumbrados a que lo hagan. Nos lava la ropa y nos prepara una
pantagruélica cena a base de pasta y carne de pavo estofada. Mañana a las ocho
estará aquí para prepararnos el desayuno. El albergue, nuevo y totalmente
instalado. Catorce camas y dos baños para nosotros solos. ¿Qué más podemos
pedir?
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